Ya próximos a la llegada del 2018 y como último Post del año, les dejo con este poema de mi padre que me llega muy hondo. Ha sido publicado en su libro "Transparencias Oníricas"
Quedamos en los seres y las cosas
IComo sombra en el agua,
nos quedamos metidos en las cosas,
Nos vemos en las manos abiertas y dolientes
de la casa paterna;
que en esos muros crece el sentimiento,
igual que en el silencio de los espejos rotos
y en el "furruco" de las gruesas cortinas.
Ya nos hemos quedado
en los goznes gastados de las puertas,
en la lumbre azulosa y sus espigas
que dan tumbo al aroma
del pan que alarga el sueño.
Quedamos en el hosco calendario
que nos golpea todas las mañanas;
en el diván de las perdidas siestas
y en tu bolso cargado de recuerdos.
Quedamos en los libros acotados;
en las oscuras venas de sus páginas
donde navega el pensamiento
en lasfiguras que lo ilustran
y reclaman su anchura de colores.

en la hora de luz que miras , recelosa,
cuando tiembla por irse
para dejar en vilo nuestra cena.
Metidos en las cosas, nos quedamos, amor ;
comidos por la lima de los días
en ese afán de ver las estaciones
arder en la parrilla de los surcos.
Quedamos en la niebla del ingrato quehacer
y en la ruinosa hiedra de los falsos amigos;
en la música antigua que dejamos de oir
y en todos los paisajes que no vemos.
Casi solos, cual hilo en el carrete de la vida,

II
Pero la sangre sigue, renovada,
en hijos transfundida.
Hemos sembrado ideas

y no habrá flor sin besos
ni raíz sin un cuenco de agua fresca
en cada corazón que hemos forjado.
En los hijos nos queda lo que fuimos:
esperanza batida en decepciones,
esfuerzo por salvarse del naufragio
sufrido frente al puerto de la gloria;
más, la gloria está en ellos, me dijiste.
Quedamos en los hijos

como el añil en el lejano cielo;
quedamos en la luz
que da el color divino de sus ojos
y, así, poco a poco, comprendemos
lo que es la eternidad
Carmelo Duarte Pérez

Y ahora sí, hasta el próximo Post